Algunos de los productos lácteos más populares (caseína y lactosa) se distinguen por su valor nutricional. Los equipos utilizados para la producción de caseína y lactosa abren nuevas perspectivas para un procesamiento más eficiente.
La caseína es una forma especial de proteína que precipita a partir de la leche desnatada y retiene hasta el 80% de la proteína que se encuentra en la leche de vaca normal. La lactosa es un azúcar que se encuentra en la leche de vaca y que está formada por glucosa y galactosa. Es un subproducto obtenido durante el procesamiento de la caseína y la producción de queso. La leche de vaca, que es fuente de caseína y lactosa, primero se separa en nata y leche desnatada. La nata se utiliza en la producción de queso, mientras que la leche desnatada se utiliza en la producción de caseína. El suero del queso y la caseína se pueden utilizar para producir lactosa.
Para obtener caseína, se calienta la leche desnatada hasta alcanzar un nivel de pH en el que puede comenzar el proceso de precipitación y se le añade ácido. A continuación, las partículas sólidas se separan del suero. La caseína húmeda se seca y se empaqueta para su envío y procesamiento posterior. Para producir lactosa, primero se separa mecánicamente el suero del queso o la caseína para eliminar todos los sólidos. El suero clarificado se desengrasa, se evapora y se cristaliza. Se separan los cristales de lactosa y luego esta lactosa se seca y se envasa.