Por su esencia química, los aceites vegetales son sistemas complejos de múltiples componentes. Estos sistemas se componen principalmente de ésteres de glicerol de ácidos grasos de diversas composiciones, así como de sustancias que pueden disolverse en ellos en distintos grados. Inicialmente, los aceites vegetales pueden contener impurezas que pueden reducir su calidad y/o presentación: ácidos grasos libres, fosfolípidos, sustancias aromáticas y pigmentos. Con esta composición química se trata del llamado aceite crudo, que acaba de ser aislado de semillas y frutos y aún no ha sido sometido a ningún procesamiento.
En esencia, el refinado de aceites vegetales es la separación de suspensiones. Se clasifica según el movimiento de qué fase se produce respecto de la otra. Durante la sedimentación, las partículas se mueven en relación con un medio continuo y durante la filtración, la fase de dispersión pasa a través de una fase dispersa concentrada. Se ha demostrado que en el caso de la centrifugación de productos heterogéneos es posible eliminar no sólo las impurezas en suspensión, sino también el agua.
Un indicador de la eficiencia de una centrífuga puede ser el factor de separación y el índice de productividad. Por ejemplo, las centrífugas cónicas tienen un rendimiento medio aproximadamente 3 veces mayor que las centrífugas cilíndricas. Si hablamos de centrífugas, cuyo objetivo principal es la purificación de aceites vegetales, entonces los indicadores más importantes son la productividad en un determinado grado de purificación, así como la dependencia de los indicadores de calidad de los parámetros de las centrífugas, el inicial. propiedades del aceite y parámetros del filtro.